Históricamente, el queso ha sido uno de los alimentos más destacados en las cocinas del mundo. Por tanto, cada cultura ha adoptado métodos, técnicas e ingredientes particulares para elaborar estas preparaciones.
Esta semana te presentamos los quesos más extraños del mundo.
Pule, Serbia
Este posee el título de ser «el queso más caro del mundo», su precio alcanza los mil euros por kilo.
El elevado valor obedece a que se elabora con leche de burra de una raza singular en peligro de extinción, este animal solo puede producir 200 mililitros de leche diariamente y para elaborar un kilo de queso, se requieren mínimo 25 litros de leche. Además, el ordeño se realiza de manera manual y el queso se somete a un proceso de ahumado de forma natural.
Los productores de este queso habitan en una pequeña reserva natural llamada Zasavica, en la localidad de Sremska Mitrovica, a 80 kilómetros de Belgrado, la capital del país.
La calidad del queso también radica en el hecho de que en este lugar, no está permitido el uso de pesticidas, herbicidas ni fertilizantes químicos.
Milbenkäse, Alemania
En la región de Sajonia-Anhalt aún permanece vigente una técnica de cocina medieval bastante particular, usar ácaros para madurar queso.
Sus protagonistas otorgan un olor característico y un sabor cítrico o picante, consecuencia del repelente que emanan estos pequeños animales cuando son «mareados» en las cajas de madera donde están sus nidos.
Este proceso de maduración puede tardar algunos meses en los que el exterior del queso cambia de color, de textura y de dureza.
Esta preparación suele acompañarse con pan de centeno y mantequilla. Aunque de seguro también comerás un par de ácaros ya que estos permanecen en el queso.
Para conocer todo su proceso de elaboración, observa el video dando clic aquí.
Queso Morbier, Francia
Aunque es bastante común elaborar quesos con leche de vaca, el queso Morbier tiene una particularidad.
Desde finales del siglo XVIII en Borgoña, se acostumbraba poner una fina capa de ceniza sobre la cuajada obtenida en un ordeño para evitar que se pudriera y poder completar el queso con la cuajada obtenida en el ordeño del siguiente día. De ahí su característica línea negra horizontal en medio del queso.
Actualmente, algunos conservan la tradición por pura estética aunque otros han optado por reemplazarla por carbón vegetal o colorante.
Tiene una corteza suave de color rosado o naranja, posee un olor fuerte y su sabor es ligeramente ácido y frutal.
Casu Marzu, Italia
En la isla italiana de Cerdeña se utilizan larvas de «la mosca del queso» para madurar esta preparación que resulta tener un alto nivel de acidez que pica el paladar del comensal.
El proceso puede tardar hasta tres meses en los que las larvas se dedican a comerse el queso. Al momento de consumirlo, las personas también suelen comerse estos animales que son un indicador de frescura del producto.
Estas suelen tener una longitud de 8 milímetros. Sin embargo, pueden saltar hasta 15 centímetros por lo que se recomienda protegerse los ojos a la hora de probarlo.
El queso tiene un color amarillento y una textura suave que lo hacen muy apetecido por los habitantes de esta zona del país.
En la actualidad, su venta está prohibida en Italia y la Unión Europea debido a los múltiples efectos secundarios que provoca su consumo. Pese a ello, la comunidad local lo sigue produciendo.
Queso Époisses, Francia
Este queso, producido con leche de vaca fue elaborado por primera vez en el siglo XVI ante la prohibición que tenían los monjes de consumir carne durante el tiempo de ayuno. Por tanto, idearon un queso con un sabor fuerte que funcionara como sustituto de dicha proteína.
Este producto se curaba gracias al lavado con agua salada y una mezcla de agua lluvia y aguardiente de uva de Borgoña, conocido como Marc.
En las primeras semanas, el queso tiene una corteza delgada de color amarillo anaranjado que se va tornando más oscuro conforme pasa el tiempo. Al tacto, la corteza es firme y húmeda, tiene aroma condimentado y un sabor fuerte.
Su máximo esplendor fue durante el siglo XIX. No obstante, la Primera y Segunda Guerra Mundial casi hicieron que desapareciera por completo. Ya para la década de los años 50, solo dos granjas de la región mantenían la tradición.
En 1956, la Familia Berthaut comenzó a producirlo de manera masiva y en 1991, el queso Époisses obtuvo la certificación de denominación de origen controlada que establece estrictos estándares de calidad que deben cumplir sus productores.
Luego de este recorrido conociendo los quesos más extraños, viaja por el mundo a través de tu paladar.
Comenta, ¿qué otro se puede considerar como uno de los quesos más extraños del mundo?