El Teatro Colón de Bogotá es una joya arquitectónica situada en La Candelaria.
Es probable que durante algún paseo por el Centro Histórico de la ciudad lo hayas observado y fotografiado.
Sin embargo, la gran mayoría no conoce los tesoros que hay en su interior y tampoco ha asistido a una obra en el teatro nacional.
Por esa razón, te invitamos a dar un recorrido virtual y a conocer más sobre la construcción del Teatro Colón de Bogotá.
Hecho esto, comencemos por los antecedentes.
Historia
El Coliseo Ramírez fue construido a finales del siglo XVIII y se convirtió en un lugar concurrido por los bogotanos.
Se dice que podían ingresar hasta 1.200 espectadores ubicados en bancas en la platea y en los tres niveles de palcos.
Esa fue la primera edificación de gran magnitud que se realizó en el lugar donde se encuentra actualmente el Teatro Colón.
En relación con las tradiciones de la época, y de acuerdo con el libro «Las Casas que Hablan» de Elisa Mújica, las entradas a los espectáculos daban derecho a comer tamal.
Además, menciona que se conserva la disposición original en forma de herradura que el Virrey Ezpeleta quiso copiar del teatro madrileño de La Cruz.
Posteriormente, y tras una remodelación, fue nombrado como Teatro Maldonado.
En 1885, el presidente Rafael Núñez lo expropia y encarga la obra del nuevo Teatro Nacional al arquitecto italiano Pietro Cantini.
Teniendo en cuenta que los obreros colombianos no estaban capacitados para realizar las labores que ameritaba un teatro de esa clase y magnitud, fue necesario capacitar a más de 160 personas.
La inauguración se llevó a cabo en octubre de 1892 con la ópera «Hernani» de Giuseppe Verdi, para la conmemoración del cuarto centenario de la llegada de Cristóbal Colón a América. Por esa razón, se adopta el nombre actual.
En 1975 fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación.
Arquitectura
El teatro fue construido al estilo italiano y cuenta con platea, tres pisos de palcos y galería. La forma de herradura favorece la acústica, la visibilidad desde todos los puntos y por tanto, la facilidad de mostrarse en sociedad.
La lámpara fue diseñada por Luigi Ramelli e instalada el día de la inauguración. Sin embargo, fue retirada con motivo de la Conferencia Panamericana de 1948 que tendría lugar allí.
Teniendo en cuenta los daños que estaba provocando en la estructura del teatro la nueva lámpara de cristal traída de Checoslovaquia, a finales del siglo XX se decidió instalar nuevamente la original.
Terminando el plafón y bajando por el arco verás el Escudo Nacional coronado por un cóndor y sobre el escenario, una imagen de Cristóbal Colón.
Si detallas las decoraciones de los palcos, te darás cuenta de que en los dos primeros niveles se encuentran Atlas y Cariátides sosteniendo las columnas mientras que en el tercer nivel son animales mitológicos.
Como dato curioso, las caras que sobresalen en ese último nivel de palcos son conocidas como «las chismosas».
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Y si vas a visitar el Teatro Colón, aprovecha para recorrer las iglesias del centro de Bogotá.
Hasta la próxima.
Una joya arquitectónica, recorrerlo es una maravilla. Felicitaciones.
Estamos totalmente de acuerdo, Mario.